Estas ventajas generales se aplican a todo tipo de unidades de mampostería (ladrillo, piedra o bloques de hormigón):
La mampostería no es combustible, por lo que mejora la protección contra incendios del edificio y sus ocupantes. Las chimeneas suelen estar hechas de mampostería por la misma razón.
La mampostería ofrece una alta resistencia contra la putrefacción, las plagas, el clima y los desastres naturales como huracanes y tornados.
Las estructuras de mampostería brindan un atractivo aspecto rústico o elegante a una casa o edificio, según el material utilizado y la experiencia de los trabajadores.
Siendo duradero y resistente, la mampostería puede soportar grandes cantidades de cargas de peso compresivas. Las unidades de mampostería aumentan la masa térmica de un edificio.
Los edificios de mampostería tienen una vida útil más larga que cualquier otro tipo de edificio.
El uso de mampostería en su construcción mejora su valor de reventa.
La mampostería no se pudre y los insectos como las hormigas y las termitas no pueden destruir su estructura.
El uso de este método en la construcción cuesta menos en términos de mano de obra y materiales en comparación con el uso de madera.